Espacios liminales y la arquitectura de lo inquietante

Por Germán Ferradas (@germanferradas)


“Asumimos que sos una persona promedio que debido a algunas circunstancias desafortunadas saliste de la realidad y apareciste en un nuevo ‘mundo extraño’. Nos gustaría informarte que te encuentras en los ‘Backrooms’. Muchas otras personas, como vos, están atrapadas en esta dimensión. Que no cunda el pánico; estás en el lugar correcto para ayudarte a obtener respuestas. (…) Si no tenes cuidado y salis de la realidad en las áreas equivocadas, terminarás en las trastiendas, que no es más que el hedor de la alfombra vieja y húmeda … y está aproximadamente a seiscientos millones de millas cuadradas de las habitaciones vacías segmentadas al azar en las que te encontras atrapado”

Este es el texto que acompañó la primera imagen Liminal de internet publicada en el foro de creepypasta 4chan. Quien sea que haya subido esta imagen marcó el comienzo de una de las tendencias más extrañas de internet, los Liminal Spaces o espacios liminales en español. El hashtag  #liminalspaces cuenta con más de 98.5 millones de visualizaciones en Tik Tok y 68 mil posteos en Instagram. Esto muestra que el fenómeno extrañamente atravesó los sitios más oscuros y se volvió mainstream. Pero: ¿qué son exactamente estas imágenes, por qué se hicieron virales y qué tiene que ver esto con la arquitectura?



Los Liminal Spaces son construcciones abandonadas sin uso o de transición que generan rechazo a partir de su inquietante familiaridad. El término “liminal” viene del latín limes que significa límite o frontera. Fue acuñado por el antropólogo Arnold Von Gennep en su libro “Ritos de paso” (1909), quien lo define como un momento de apertura y ambigüedad. Son “ritos que acompañan todo cambio de lugar, estado, posición social y edad”. Lo liminal es un estadío tripartito compuesto por una fase previa o preliminar, una fase de paso o liminal y otra fase posterior o posliminal. Quien amplía este concepto es Victor W Turner caracterizando el ente liminar como “entidades que no están ni en un sitio ni en otro y no se les puede situar en las posiciones asignadas y dispuestas por la ley, la costumbre, las convenciones y el ceremonial”. Para ellos la liminaridad es un estado de las personas donde un sujeto no se encuentra en ningún lugar tiempo-espacio por su fuga de la estructura social secular.



Si extrapolamos estos conceptos a lo visual podemos entender a estas imágenes como espacios que se encuentran entre un lugar y otro. La respuesta a por qué nos generan incomodidad podría venir de la mano de una teoría realizada por Masahiro Mori en 1970 llamada Uncanny Valley, un término de la robótica que explica el rango de familiaridad que se tiene con todo lo que nos rodea, sea vivo o no. Mori elaboró un cuadro explicando cómo reacciona la aprehensión visual que tenemos con todo lo que nos rodea conforme al parecido humano. Hay un sector en el gráfico donde la familiaridad se desploma e incluso se vuelve negativa, el valle inquietante. Este fenómeno puede ser explicado de la siguiente manera: si una entidad es suficientemente no parecida al humano, sus características humanas se verán más resaltadas generando empatía. Por otro lado, si la entidad es “casi humana”, sus características no humanas serán las que más se noten, creando un sentimiento de extrañamiento. Esta misma sensación la explica Freud como “una siniestra experiencia psicológica de algo extrañamente familiar” en su libro “Uncanny”. Desde lo visual, Scott McCloud, un dibujante estadounidense entiende esto como la relación entre recibir y percibir y lo deja plasmado muy gráficamente en su libro “Understanding Comics”. Cuando leemos un texto o vemos un dibujo sencillo estamos recibiendo información abstracta con la cual creamos nuestra propia versión de algo mientras que cuando vemos una imagen hiperrealista no hay lugar para la elaboración, la percibimos y punto. Este espacio entre medio es el Uncanny Valley de Masahiro Mori.

Las imágenes de Liminal Spaces tienen este componente, son lo suficientemente explícitas para mostrar las cualidades espaciales de un lugar pero carecen de una definición que permita asignarlas a un lugar o función específica. La inquietud visual que se nos presenta se da por su fuga de la realidad, por su glitch: una suerte de hibridación entre realidad y fantasía que no alcanzamos a decodificar.





 La adolescencia, la enfermedad, el duermevela (un sueño inquieto y frustrante) y la locura transitoria fueron siempre estados liminales, como los describe Arnold Von Gennep. En este último tiempo apareció un factor que volvió el estado de paso un hecho colectivo, la pandemia. No es casual el interés en imágenes como las que estamos hablando en un contexto tan hostil. El aislamiento despertó un fuerte sentimiento de incertidumbre sobre el futuro y una nostalgia por el pasado que debió ser rellenado con recuerdos colectivos. Tiempo antes de la crisis Mark Fisher decía que estábamos viviendo una “cancelación paulatina del futuro” en el que somos incapaces de ver el mundo de una manera diferente a la conocida y esto derivaba en una regurgitación de viejos estilos en loop. Los espacios liminales son así producto de una generación que se encuentra en un estado de transición y necesita de un soporte sobre el cual canalizar sus añoranzas.

Si analizamos las escenas que aparecen en estas imágenes podemos encontrar principalmente equipamientos colectivos de gran escala abandonados como hoteles, casinos y shoppings. En términos baumanianos lo que vemos son, en su mayoría, lugares devenidos en no lugares, pero lo que es más interesante de pensar es si pueden recuperar su categoría una vez terminada la pandemia. 

¿Los espacios liminales vinieron para quedarse? 

Si te quedaste con ganas de ver más imágenes te recomiendo pasarte por los siguientes enlaces de Liminal Spaces:

https://www.reddit.com/r/LiminalSpace/



Informacion obtenida: https://nadieescool.com/espacios-liminales-y-la-arquitectura-de-lo-inquietante/

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