Hace ya más de un año que Silent Hill 2 llegó a nuestras consolas, y, a decir verdad, dejó un poco fríos a la mayoría de los usuarios que decidieron hacerse con el juego. No solo por el apartado gráfico, al que tacharon de mediocre (quien suscribe esto está en desacuerdo con esa opinión), sino porque decían que no estaba a la altura del primero a la hora de pasar miedo, que es de lo que trataba el juego. La historia era lo que realmente sí estaba a la altura; pocas veces vimos una historia tan bien narrada y con una cohesión como la del juego de Konami. Aparte de la narración habría que destacar la crudeza del argumento, con momentos realmente crueles y no aptos para menores. Pero esto es otro asunto, pues estamos aquí para hablar de la secuela (tercera parte de la saga) del juego que, a mi parecer, marcó un antes y un después en los ‘suvirval horror’, y que, por lo que parece, ha vuelto a marcar distancia con su tercera entrega.
Sobresaliente apartado gráfico
En el apartado gráfico es donde Silent Hill 3 destaca por encima de los juegos que hayáis visto con anterioridad. El juego de Konami alcanza cotas nunca antes vistas en los modelos poligonales de los personajes y criaturas. Los primeros planos que nos ofrecen las secuencias de video en tiempo real son de una calidad pasmosa, tan alta que a veces parecerán que son CGs. Pero claro, no podemos hablar de Silent Hill sin referirnos a la linterna, y sin linterna no podéis ver los alucinantes efectos de luz con los que Heather os deslumbrará muy a menudo (aunque éstos apenas varían una vez se ha jugado al SH2). Los escenarios están recreados al detalle, solo debéis entrar en una librería del centro comercial, o en la tienda del parque de atracciones para ver la calidad y la nitidez de las texturas. Puede que a veces la niebla estorbe un poco, o que el efecto ruido moleste (se puede desactivar desde el principio, junto a una opción para realzar el detalle y el contraste de las texturas), pero os aseguro que eso no empaña el sobresaliente apartado gráfico. Las animaciones de los personajes están tan cuidadas que parecen casi humanas, haciendo hincapié en las expresiones faciales y en el movimiento de la piel, párpados, garganta..., gracias en parte a que cada parte del cuerpo de los personajes se mueve de una forma distinta, y no todo igual como nos tenían acostumbrados en las consolas de 32 y 64 bits. Por otro lado cabe destacar algunos puntos oscuros, como el framerate, que, aunque es totalmente estable, va a 30 cuadros por segundo, igual que en las anteriores entregas. Por otro lado, predominan demasiado los escenarios interiores, habiendo muy pocas ocasiones en las que visitemos las neblinosas calles de Silent Hill. Otro punto negro es que a veces el juego hace pequeños parones en los escenarios exteriores, muy extraño puesto que no pasaba en los anteriores SH. No son ralentizaciones, son parones de centésimas de segundo que si bien no molestan, están ahi. Por otro lado cabe destacar algunos efectos gráficos de gran calidad como las texturas animadas y el detallismo de todas las texturas en general, pareciendo a veces que estás jugando a un juego de otras consolas superiores.El sonido es otro de los aspectos que más hay que recalcar en este juego, ya que toma protagonismo él solo por la cantidad y calidad de efectos de sonido. Este apartado hace que el nombre de "terror psicológico" suba muchos enteros a la hora de acongojarnos. Y si los sonidos os parecen poco, no dejéis de escuchar una y otra vez las canciones del juego compuestas por Akira Yamaoka, el compositor del mismo. Si Silent Hill 2 era un juego donde la música tomaba un papel protagonista, en esta tercera parte Mr. Yamaoka se ha dejado la piel a la hora de componer unas melodías dignas de una superproducción de Hollywood; os aconsejo que os hagáis con la banda sonora original ya que la disfrutaréis a más no poder. Además, el juego está presentado en un sistema de sonido tipo "virtual surround", gracias al cual, usando dos fuentes de sonido, consigue recrear un sonido envolvente bastante logrado.
Lástima de las voces, que por supuesto y como viene siendo habitual no se encuentran dobladas a nuestro idioma. Digo normal porque los señores de Konami no doblan la mayoría de los juegos ni al japonés: salen en todo el mundo con las voces en un perfecto inglés, aunque sí hay unos valiosos subtítulos en español. Por otro lado, si el nivel de ingles del jugador es alto, podrá recrearse con una interpretación y entonación a la altura de los grandes (MGS, SH2, etc).
Una jugabilidad a prueba de bombas
Uno de los apartados más cuidados (en realidad no hay ninguno que no lo esté) es el de la jugabilidad. El control del personaje es preciso a más no poder, y los puzzles son los más lógicos de toda la saga. Se han añadido nuevos movimientos como el poder bloquear ataques, o usar el botón R3 para usar un ítem en medio de un combate sin necesidad de tener que entrar en la pantalla de inventario. Os aconsejo que cualquier número, palabra o combinación os la apuntéis ya que seguro que os hará falta para resolver alguno de estos entramados acertijos. Os resultarán más fáciles si seguís el consejo. El inventario parece casi el mismo que en las anteriores entregas, pero podemos saber mejor cuando andamos mal de salud, ya que aparece mejor indicado; es decir, se ve con mayor facilidad si andamos tocados. Hay además muchas más armas que en las anteriores entregas, y encima hay una que hará las delicias de los jugadores más "salvajes": la metralleta.
La (brillante) historia
En esta tercera parte, el jugador toma el control de Heather Morris, una adolescente que se encuentra pasando el día en un centro comercial. Súbitamente, Heather se ve rodeada por un mundo desconocido, un mundo deforme, aberrante y pestilente donde nada tiene sentido y donde las únicas criaturas que encuentra son engendros que se mueven por los más básicos instintos, la necesidad de alimentarse. A pesar de esta desconcertante situación, consigue reconocer el lugar. Se trata del centro comercial, pero extraña y macabramente cambiado. Sin entender nada, intenta salir del complejo, pero más que un cúmulo de tiendas, el lugar parece un laberinto enrevesado de metal y sangre (ya veréis las texturas de las paredes que sangran). Intentando abrirse paso, Heather llega al pequeño parque de atracciones del centro, donde comienza a tener extraños destellos del mundo real para, al instante, volver a situarse en un universo irreal y decadente.
Una vez en el parque de atracciones, la adolescente se dispone a ir hacia el norte, a la montaña rusa. Para llegar hasta ella tendrá que dirigirse por medio de un camino lleno de trajes de conejito ensangrentados. Ese será el primer escollo del camino de Heather hasta Silent Hill, el pueblo maldito... Pero claro, explicar más es como si os contara el argumento de Matrix: tenéis que jugarlo vosotros mismos…
Uno de los grandes de PS2
En conclusión, Silent Hill 3 es, sin lugar a dudas, uno de los mejores juegos que han aparecido en el catálogo de PS2, y para muchos el mejor ‘Survival Horror’ hasta el momento. Tiene una ambientación magnífica y una historia estupenda que enganchará hasta al más atípico de los jugadores. Te guste el género o simplemente los videojuegos, Silent Hill 3 es, sin duda alguna, uno de esos juegos que hay que tener en tu colección de videojuegos junto a sus 2 anteriores entregas. Recomendado sobre todo a los fans del primer capítulo. Por otro lado hay que advertir que la duración no es mayor de 7 u 8 horas en la primera partida, pero se agradece que el juego tenga varios finales y extras en las siguientes partidas. De cualquier manera, el terror psicológico está de vuelta, y esta vez mejor que nunca. Bienvenidos a Silent Hill…
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